El nombre del pueblo procede de su fundador el Caballero Gil Otero de Biedma, Tercer Duque de Sayago, caballero de la Corte del Rey Enrique IV de Castilla, cuyo honor mancilló teniendo acceso carnal con una de las pupilas del Monarca, la cual, famosa en la época por su fama de hechicera y bruja, le maldijo a no hallar nunca descanso ni placer en el acto sexual, salvo cuando desposara una virgen y durante la noche de bodas. Este hecho motivó que Gil Otero desposara continuamente doncellas con el objetivo de alcanzar el placer que se le había negado, acabando a continuación con la vida de las mismas para así poder desposar una nueva, lo que le valió el apodo de Otero de Bodas, nombre que mantiene el pueblo desde esa época.
Cuenta la leyenda que para evitar dejar rastros de sus asesinatos daba de comer los cuerpos descuartizados de sus esposas a los lobos que poblaban y pueblan la Sierra de la Culebra, en un paraje conocido como Tozoloslobos, derivación toponímica de dar trozos a los lobos. Era tal la fama del noble que tan pronto como alguna doncella recibía al emisario del Duque y éste le formulaba la pregunta “¿Quieres casarte conmigo?” ya sabía que su final estaba cerca. Don Gil Otero acabó sus días suicidándose colgándose de un árbol en el paraje donde había dado de comer a los lobos a sus innumerables esposas, aunque todavía cuenta la leyenda, que su maldición sigue viva y que su espíritu sigue vagando en busca de doncellas a las que pregunta si quieren casarse con él.